¿Quién
define en cuál centrarnos?
Pues sencillamente nosotras mismas.
Pues sencillamente nosotras mismas.
Es
cierto que las mujeres preferimos el erotismo, la insinuación; una
imagen con luces y sombras, las palabras antes que los hechos y el
ronroneo lento que tarda en complacernos y nos enciende.
Los
preliminares, las suavidades y las humedades antes de entregarnos al
desenfreno.
Para
nosotras es importante el juego previo, el avanzar lentamente, el
roce, la música de fondo. Liberar la mente y relajarnos nos puede
llevar un tiempo.
Fotografía de Andrey Kiselev |
No
se trata de imitar, ¿o sí?; pero por qué no extraer ideas para
sorprender, para ofrecer algo que el otro no espera.
Si
bien el cine porno “espanta” a algunas mujeres, hay maneras de
acercarse a él, por ejemplo a través de la visión de otra mujer.
En este caso sugiero las películas de Erika
Lust que tienen mucho erotismo, una fotografía y
estética muy
cuidada y ARGUMENTO, que marcan la diferencia.
De
la combinación de ambos nace el éxito de una relación llena de
posibilidades. Tanto si él nos acompaña en un recorrido erótico y
le mostramos qué es lo que nos pone a cien como si nos animamos a
acercarnos a sus fantasías.
Sentir
y ser sentido, provocarnos sensaciones placenteras, aumentar nuestras
experiencias, puede depender tanto de los estímulos externos como de
nuestra imaginación.
Después
de todo nadie dijo que fuera fácil. El llegar a disfrutar del sexo
en plenitud
requiere de esfuerzo; de un trabajo de dos, de un interés mutuo
por nuestra propia satisfacción y la de nuestra pareja.
Tomarnos
un tiempo para la comunicación para contarnos aquello que más nos
gusta, con total sinceridad y si es con detalles, mucho mejor!.
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