Hombres, Mujeres y Sexo


¿Un mundo de ideas preconcebidas?

Muchas veces hay una diferencia considerable entre lo que creemos que es y la realidad.
Según una encuesta realizada entre 15.000 hombres y mujeres de entre 17 y 60 años tanto los unos como los otros mostraron tener una percepción errónea de los gustos del sexo opuesto.
El estudio, hecho en Estados Unidos, muestra, por orden de relevancia, lo que las mujeres esperan de una pareja estable y lo que los hombres creen que las mujeres quieren.

La investigación demuestra que los hombres comprenden bastante bien lo que la mujer espera de ellos.
El rasgo más distintivo y más alejado de la realidad es que los hombres creían que tener un gran pene era importante para una mujer, a pesar que sólo el 2% de ellas lo citó como tal
Algunos hombres están tan convencisos de que el tamaño del pene es crucial en una relación que se preocupan por superar los estándares de longitud y grosor para entrar en la categoría de “los más deseados”.
Lo que las mujeres buscan
Lo que los hombres creen que las mujeres buscan
1. Personalidad 1. Personalidad
2. Sentido del humor2. Buen cuerpo
3. Sensibilidad 3. Sentido del humor
4. Inteligencia4. Sensibilidad
5. Buen cuerpo5. Apariencia atractiva

Veamos lo que los hombres esperan de sus parejas en una relación estable y lo que las mujeres creen que ellos esperan.

Complejos femeninos que bloquean el placer

¿Las mujeres nos valoramos según lo que creemos de nosotras mismas o somos esclavas del cómo nos ven los demás?


Hoy en día, cuando una mujer se enfrenta con un ideal físico literalmente imposible no lo repudia sino que se rechaza a sí misma. Indudablemente, la sociedad y los medios transmiten mensajes que muchas veces no tienen relación con la realidad. Uno de ellos, es aquel que asocia una sexualidad femenina plena y satisfactoria con un cuerpo de “top model”.
Esto hace que las mujeres, mucho más que los hombres, tengan tantos complejos con su cuerpo: el peso, algún rollito, las medidas incorrectas; pues no cumplen con los cánones de belleza que se imponen. Hay quienes se sienten tan acomplejadas que se privan de hacer salidas, de usar cierta ropa o darse determinados gustos. Esto a la larga deteriora la autoestima, llegando en algunos casos a desarrollar verdaderas fobias sociales.

Por eso, y aunque parezca una preocupación trivial, cuando los complejos representan un problema y una limitación merecen ser motivo de consulta no sólo cuando el verano se acerca y aparecen los miedos a quedar expuesta, sino para prevenir trastornos más graves como la anorexia, la bulimia o la depresión.

El orgasmo de ÉL

¿Qué pasa con ellos?




Alguna vez te has detenido a pensar cuáles son los sentimientos, las aprehensiones, los complejos de los hombres en relación a su sexualidad.
En cuanto a sexo se refiere, pareciera que ellos, desde siempre, tienen bastante más a su favor que nosotras. ¿Pero acaso no están sometidos a cumplir con el papel que se les ha asignado?

Lo que se espera de ÉL

Que sepa TODO acerca del sexo , incluyendo teoría y práctica.

Que no sienta vergüenza, ni miedo ni inseguridad.

Que siempre esté excitado y dispuesto.

Que sus penes lleven a las mujeres a la satisfacción sexual.



Desde pequeños aprenden que la masculinidad pasa por su pene y por su desempeño en la cama, sin embargo la educación sexual que reciben no difiere de la nuestra. Basan su conocimiento en lo que ven en las películas, en lo que escuchan y en muy poca información realista. Así se lanzan a la aventura de sus primeras experiencias sexuales, que como las nuestras, probablemente no sean satisfactorias. Sólo que en su caso no se atreven a confesarlo, en parte porque se supone que lo saben todo pero también porque carecen de referencias.

¿Qué sabemos del orgasmo masculino?

Normalmente hacemos la asociación  ORGASMO = EYACULACIÓN
Sin embargo la eyaculación no está siempre asociada al placer. Pensemos por ejemplo, que la mayoría de las mujeres consideran que el hombre con sólo ver una mujer desnuda, tiene una erección y ya está preparado para pasar a la acción. Aunque en realidad el placer masculino no es tan mécánico como creemos. 
Que el pene sea el centro del universo masculino puede convertirse en un problema.  
El culto al falo no sólo es cuestión masculina, también las mujeres hemos mal aprendido, que es la única fuente de placer para él. 

¿Qué pasa con el resto de su cuerpo? 

Ellos también tienen cuello, pezones, lóbulos, labios, ano, muslos. Puede que estén tan programados que ni siquiera se den la oportunidad de experimentar algo diferente a la estímulo oral o manual del pene. 

¿Y cuál es nuestra parte de culpa? 

Pues que si a ellos les cuesta más expresar lo que desean, nosotras nos conformamos muchas veces con ir a lo práctico. Tocamos y cuando está listo pasamos a la acción, olvidándonos que ellos, como nosotras, pueden tener distintos tipos de orgasmos, tantas como ellos y nosotras estemos dispuestos a descubrir.


"El hombre no tiene la satisfacción asegurada por naturaleza"

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Placer en movimiento

Entre sábanas hay un sinfín de posibilidades para alcanzar el placer. Preliminares de alto voltaje, juegos para adultos, masajes eróticos en zonas impensables, y ¿por qué no introducir cambios a la hora de pasar a la acción?.

Hablemos de la penetración.
La penetración puede encerrar en sí misma un mundo de novedades y sensaciones a las que acceder. Para ello hay que dejar a un lado lo fácil y básico. Sólo si la pareja decide no conformarse con el “empuje y retirada”, sin más, hasta eyacular, se encontrarán ante un mundo lleno de posibilidades. ¿Por qué no probar a variar la profundidad, el ritmo y el movimiento? 

12 Imprescindibles para mejorar tu vida sexual

Sólo tú puedes lograr el cambio para que tu vida sexual sea como tú quieres

Nuestra sexualidad es ante todo "nuestra" responsabilidad. Cuando seamos capaces de asumir una actitud activa entonces la viviremos de forma placentera, sin miedos, sin complejos ni culpas.
  1. El orgasmo no es el objetivo  El clímax puede ser el fin, pero también es importante el camino hasta llegar a él. Si focalizas tu objetivo en el placer, entonces todo lo que suceda durante el encuentro será un fin en sí mismo.
  2. No idealices   Olvídate de los mitos inalcanzables y las ideas preconcebidas. El sexo no es como en las películas, ni escucharás violines como en las románticas, ni pasarás por cien posturas diferentes sin dejar de disfrutar como en las porno. No dejes que el temor a no hacerlo bien o a no sentir lo que esperas te aleje de intentarlo.

Juguetes eróticos para Principiantes


Los juguetes eróticos ¿ya no son un tabú?

Aunque ya ha pasado tiempo desde la novedad de los “sex shops”, los juguetes sexuales continúan perteneciendo a la rutina de unos pocos.
Su uso específico, más rápidamente asumido por los colectivos homosexuales, sigue siendo bastante desconocido. Normalmente hablamos de “juguetes” en forma genérica sin saber que hay productos para distintos usos.

Los juguetes eróticos tienen más de 2.000 años de historia. Los famosos dildos o consoladores se han utilizado en casi todas las culturas de la Antigüedad y, no sólo para el placer personal sino también en distintas ceremonias religiosas relacionadas con la fertilidad. De aquellos dildos y vibradores de la época victoriana pasamos a las tiendas eróticas que se recluían en sótanos o en pequeños locales oscuros al final de las galerías comerciales. Hoy, esas tiendas han salido a la calle, totalmente visibles y con una estética glamorosa. Los juguetes sexuales más simples han llegado también a las farmacias y a los supermercados.

Aquí un pequeño resumen para PRINCIPIANTES:

El placer femenino de la A a la Z

Si ya nos costaba ir en busca de un punto difícil de localizar, que nos aseguraba el volvernos locas...ahora tenemos que agregar a nuestro abecedario del placer "nuevos puntos", no menos complejos de encontrar.


El Punto A 

También llamado AFE (Anterior Fornix Erotic Zone) fue descubierto a través de un estudio desarrollado en Asia, en el año 1996. Según este estudio el 95% de las mujeres se excitan cuando les estimulan esa zona y varias llegan a obtener un orgasmo más intenso. 

¿Y dónde está? Se localiza a la misma altura del punto G, a unos 2 ó 3 cm de la entrada a la vagina, pero sobre la pared posterior.
¿Cómo encontrarlo? Acariciando suavemente la pared vaginal posterior, la más cercana al coxis. Cuando la mujer empieza a lubricar, retirar un poco la mano y luego volver a tocar. Hacerlo de forma repetida. Otra variante es tocar con los dedos en forma de C. 

Las posiciones más favorables para estimularlo son: la mujer boca abajo y el varón detrás suyo, la mujer sentada en el borde de la cama y él arrodillado delante, o la mujer en posición de “cuatro patas”. 



El Punto G 

El más conocido y por ello tal vez el más buscado. Aunque continúa siendo un misterio para muchos que no saben dónde ubicarlo. El punto G es "famoso" por su capacidad de provocar fuertes orgasmos, o al menos diferentes a los producidos por estimulación del clítoris.
El punto G, o el "Punto Gräfenberg", en honor a su descubridor, está situado en el interior de la vagina, muy cerca de su entrada, sobre la pared anterior. Al tacto se siente como un garbanzo de textura muy rugosa.
Se ubica detrás del hueso púbico y si no te es sencillo encontrarlo, una forma de facilitar su localización es intentar descubrirlo después de haber alcanzado un orgasmo mediante otra vía de estímulo, ya que se convierte en una zona muy sensible. 
Estimulando este punto muchas mujeres, en el momento del orgasmo, responden con una eyaculación similar a la del hombre, por supuesto sin espermatozoides. 

El Punto G ¿es sólo cuestión de mujeres?

Gozar del punto G no es un privilegio del que disfrutan las mujeres en exclusiva. 

Muchos hombres sienten que intentar descubrir su propio Punto G es como asomarse a un abismo.


¿Por qué la mayoría de los hombres heterosexuales no se permiten probar?
Normalmente se asocia a la estimulación anal con la orientación homosexual. Éste es un concepto equivocado. La región anal y perianal es una zona erógena en el ser humano, independientemente del sexo o de la orientación sexual. Es totalmente natural que se experimente placer con la estimulación anal tanto en hombres como en mujeres.
Como en cualquier práctica sexual, habrá personas a las que les resultará placentero, y otras que desecharán esa posibilidad. En ambos casos la decisión es válida, ya que la sexualidad es un hecho individual.
Los hombres suelen hablar con mayor facilidad de los puntos erógenos de la mujer, de posiciones, fantasías o fetiches, sin embargo se inhiben respecto a su propia intimidad.

¿Qué es el Punto G masculino o Punto P?

El lenguaje en la cama


¿hablar o no hablar?
En el sexo como en la vida misma, las palabras juegan un papel que es imposible suplir. Porque a las palabras las acompaña un tono, una forma de decir, una emoción que las envuelve.
Siempre habrá quienes opten por el silencio, quienes adoren que les hablen en susurro, o quienes prefieran gritos y palabras obscenas.
Las palabras pueden erotizarnos o sacarnos totalmente de clima, de acuerdo al contenido, al tono y al momento en el que se dicen.


¿Por qué ellos no hablan?
Será porque al igual que en el resto de su vida, los hombres necesitan menos palabras y más hechos. 
Ante el reclamo: “ Dime algo”... que le lanzas mientras ardes de deseo, te puede soltar alguna frase pseudo-romántica, de lo más cursi, de ésas que se suelen colgar en las redes sociales. Sonará tan artificial como impropia de la situación y entonces pasarás del ardor a la congelación en menos de un segundo.
Piensa que él está respondiendo a tu demanda con la mejor intención. Porque ellos demuestran la pasión de otra manera, no necesitan expresarlo con palabras.
Claro que de esta forma se olvidan que están desperdiciando un potencial de excitación enorme para nosotras. Para las mujeres el “oído” es muy importante. Podemos subir varios grados de temperatura ante un hombre que sepa estimularnos el oído (que no la oreja).

Supersexo con los ejercicios de Kegel

¿Sujetar una toalla sin manos? Entrénate para presumir.
Los hombres suelen estar preocupados por entrenar los pectorales y los bíceps, pero ¿saben ellos que, como nosotras, tienen formas de ejercitar su músculo pubocoxígeo?.

El doctor Arnold Kegel, ginecólogo, descubrió que contrayendo los músculos del suelo pélvico se podía tratar la incontinencia urinaria. 
Sin embargo, se observó que estos ejercicios tenían unos evidentes beneficios sexuales. 
El músculo pubocoxígeo rodea la vagina y la base del pene, y es el que se contrae rítmicamente durante el orgasmo. Con estas contracciones, en el hombre, se expulsa el semen por la uretra hacia el exterior, dando como resultado la eyaculación. 

Los ejercicios de Kegel consisten en contraer y relajar la zona muscular del suelo pélvico, con el fin de fortalecer los músculos de la zona genital.

Para ellos un ejercicio simple y efectivo para aumentar sus erecciones y controlar la eyaculación.
Para ellas un ejercicio para facilitar el orgasmo y aumentar su intensidad.