El Punto G ¿es sólo cuestión de mujeres?

Gozar del punto G no es un privilegio del que disfrutan las mujeres en exclusiva. 

Muchos hombres sienten que intentar descubrir su propio Punto G es como asomarse a un abismo.


¿Por qué la mayoría de los hombres heterosexuales no se permiten probar?
Normalmente se asocia a la estimulación anal con la orientación homosexual. Éste es un concepto equivocado. La región anal y perianal es una zona erógena en el ser humano, independientemente del sexo o de la orientación sexual. Es totalmente natural que se experimente placer con la estimulación anal tanto en hombres como en mujeres.
Como en cualquier práctica sexual, habrá personas a las que les resultará placentero, y otras que desecharán esa posibilidad. En ambos casos la decisión es válida, ya que la sexualidad es un hecho individual.
Los hombres suelen hablar con mayor facilidad de los puntos erógenos de la mujer, de posiciones, fantasías o fetiches, sin embargo se inhiben respecto a su propia intimidad.

¿Qué es el Punto G masculino o Punto P?

El punto G masculino es una glándula capaz de propiciar orgasmos.
La buena noticia es que el punto G masculino, a diferencia del femenino, que no es fácil localizar, se encuentra en un lugar mucho más determinado: la próstata.



Existen dos formas de estimular la próstata
La primera, indirecta, puede producir un orgasmo y se logra masajeando y presionando suavemente con el dedo índice el perineo (área que se encuentra entre los testículos y el ano), con lo que se estará estimulando el punto G desde el exterior.
La segunda forma, la directa, implica la disposición del hombre ya que se encuentra en el interior del recto.
Si bien no es de esperar que todos se sientan cómodos de inmediato con este tipo de exploración, es preciso dejar en claro que se trata de una práctica normal, de ninguna manera extraña o perversa.

Ellos pueden abordar esta búsqueda en solitario, con la ayuda de un juguete erótico apropiado, o aún mejor si pueden abandonarse bajo el quehacer de su pareja.
Llegados a este punto, la mujer también debe dejar atrás los prejuicios que la hagan considerar que si a él esta práctica le gusta, es que adolece de suficiente virilidad.

¿Cómo hacerlo?
  1. El hombre deberá de estar muy relajado y excitado. Masajear el perineo y los bordes del ano para relajarlo es una buena opción. 

  1. Debes introducir un dedo (bien lubricado preferentemente protegido con un condón o guante quirúrgico) en el recto y ejercer presión hacia la cara anterior. Una vez que se logre, la penetración en sí debe ser muy suave, poco para que él se acostumbre a esta nueva sensación, evitando que le resulte molesto o doloroso.
  1. El punto G del hombre se encuentra a unos 4 ó 5 centímetros de la entrada del ano, rodeado de tejidos fibrosos y músculos suaves. Al tacto se siente una protuberancia pequeña en forma de almendra.
  1. Al encontrar el punto G, presiónalo de manera suave. Acarícialo con una leve fricción describiendo minúsculos círculos. Recuerda preguntarle cómo se siente, eso te ayudará a saber si vas por buen camino. Con este masaje, muchos hombres pueden experimentar un orgasmo, aunque la mayoría necesiten acompañarlo también con la estimulación del pene.
Es interesante la experiencia por el tipo de sensaciones que él experimenta.
A los más temerosos hay que sacarles de la cabeza la idea que esta situación los llevará a cambiar su elección sexual. No es así. El hombre puede gozar de este tipo de estímulos sin temer por su definición.
Pero no podemos juzgarlo si se siente de esa manera. Siempre debemos respetar al otro en sus decisiones sexuales. De nada sirve forzar una situación ya que el disfrute está condicionado a la aceptación.
Sin la necesidad de exigir, es posible ir estimulando este punto maravilloso que es el edén de los más atrevidos.



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2 comentarios :

  1. Me encanta este artículo, lo comparto y deseo que muchos hombres, encuentren o les encuentren su punto G y sientan su placer y sus sensaciones, para comprender que no es sólo de gays, sino de los hombres que desean gozar libre y plenamente de su cuerpo y compartirlo con su pareja.

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    1. Este tema como otros continúan siendo tabú. En este caso además de serlo para muchos hombres, como bien dices,lo es también para muchas mujeres que creen que el hombre deja de ser "macho" si le gusta y se niegan a proporcionarle a su pareja ese placer.

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