Cuántas
veces nos quedamos a medio camino de disfrutar de un encuentro sexual
que se nos presenta así, sin más, sólo por no sentirnos a la
altura.
Me
explico... esos días o esos momentos en que nos sentimos a disgusto
con algo, o con todo!...
Sí,
cuando pensamos: en cuanto me dé la luz desde aquel ángulo seguro
me ve la celulitis, o tendría que haberme dejado el sujetador para
que los pechos sigan teniendo ese aspecto turgente y un sinfín de
etcéteras que nos rondan la cabeza y nos sacan de contexto.
Pues
bien, nosotras que siempre estamos preocupadas por lograr una figura
de infarto, nosotras que somos capaces de adoptar las posturas más
incómodas e imposibles y hasta casi dejar de respirar para mejorar
nuestros atributos, muchas veces perdemos de vista a la DIOSA que
llevamos dentro.
Sí,
tenemos que hacernos amiga de esa DIOSA que todas albergamos en
nuestro interior y dejarla actuar. Si la liberamos seguro que ella va
a saber hacernos sentir más seguras de nosotras mismas y guiarnos.
La
diosa siempre está dispuesta, se contornea deliberadamente bajo
la mirada libidinosa del hombre, la diosa saca partido de sus
cualidades. Porque todas tenemos algo digno de la veneración de un
hombre...pechos, cintura, piernas, pelo, cualquiera vale como recurso
para hacernos sentir las más deseadas.
Es
cuestión de creer en nosotras mismas y entregarnos al placer,
dejarnos ir.
Cuando
te sientas así cambiará tu actitud y por supuesto que él lo notará
y festejará todos y cada uno de tus gestos. La “diosa” siempre
logrará deslumbrarlo porque es creativa y libidinosa.
Y
por supuesto que “la diosa” estará también pendiente de las
reacciones de él y cuando descubra sus debilidades tomará nota para
volverlo loco. Las debilidades de él serán sus potencialidades.
Sólo es cuestión de probar si lo que más lo excita es empezar con
una felación lenta y exquisita, o si tienes que emular la película
“Garganta Profunda” y darle caña. Si le dejas el control, adoptas
una postura sumisa o por el contrario tomas las riendas y lo dominas.
Nunca
dejes de mirarte, de explotar tus cualidades, saca partido de aquello
que crees que más te beneficia. Él te dará referencias y si es tu
pareja seguro que ya te lo ha dicho, y aunque a ti no te lo parezca
los hombres tienen gustos de lo más extraños y por suerte no a
todos les gusta lo mismo.
Así
que la próxima vez, deja escapar la DIOSA que llevas dentro y déjala
hacer, verás que te sorprende!!
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Cuando, desde pequeño, se dice de un niñO que es inteligente, listo, habilidoso, fuerte, ágil, imaginativo, gracioso, simpático,... todo el mundo entiende que se está valorando, positívamente, una cualidad, y nadie (salvo, quizá alguna excepción) piensa en, o echa de menos, comparativamente, la palabra "guapo". Se refuerza, con ello, en el niñO, su autoestima, su seguridad en sí mismo,...
ResponderEliminarCuando se elogia cualquiera de esas cualidades (u otras) en una niñA, o en una mujer, siempre "flota en el ambiente" que se está dando una especie de "premio de consolación"; algo así como "es fea, pero, por lo menos...". Con lo que, paradójicamente, se rebaja su autoestima y, su autovaloración, su seguridad en sí misma...
Si a esto le añadimos que, implícitamente, se transmite una idea de belleza "absoluta", al margen y por encima de gustos personales, pero sujeta a patrones o modelos fijados por momentos históricos concretos, tendremos como consecuencia que la valoración que la mayoría de las mujeres (naturalmente, y afortunadamente, hay excepciones que, de paso, vienen a demostrar que no se trata de algo "esencial" a la "condición femenina", sino de una escala de "valores" impuesta, artificialmente, por unas muy determinadas estructuras socio/históricas) tienen de sí mismas queda supeditada al "criterio" de otr@s; lo que las coloca un una situación de inferioridad y dependencia.
Dejo a la reflexión de el/la lector/a si este comentario tiene o no algo que ver con la publicación.
Un saludo a tod@s.
ME ENCANTÓ SU COMENTARIO JOSÉ RAMON BALLESTEROS DE DIEGO,CONCUERDO CON USTED.
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